El modelo de enseñanza basado en las competencias promueve que el aprendizaje eficaz se produce cuando es el propio alumno el que asume la responsabilidad en la organización y desarrollo de su propio trabajo académico. Aceptar este principio supone enfocar necesariamente los procesos de enseñanza desde una perspectiva diferente, ya que el centro de la actividad se traslada del profesor al estudiante. En este sentido, la educación centrada en el estudiante requiere cambios organizativos en el diseño de las materias y en la planificación del aula, en el desarrollo de actividades, en la organización de los estudiantes, en los sistemas de evaluación, en el desarrollo de nuevas modalidades de enseñanza, en las estrategias metodológicas o en las relaciones entre docentes y discentes.
El mundo cambia y la escuela se ha de transformar para dar respuesta a las demandas de la sociedad. Hablar de educación, es hablar de equidad, de justicia social y de derechos humanos.
Las características y necesidades educativas de nuestra sociedad hacen necesaria una reflexión sobre la respuesta que damos a las mismas, teniendo en cuenta los principios de equidad e inclusión. Esta respuesta educativa puede ser diversificada y ajustada a las características de cada alumno/a en un contexto educativo común.
No podemos cambiar de metodología de un día para otro. Por ello, estamos combinándolas .Por un lado, la exposición, el trabajo grupal y el trabajo autónomo y por el otro la Metodología de la Inclusión.
En esa metodología inclusiva utilizamos:
- Dos maestros/as que conducen la actividad.
- Desdobles.
- Trabajo en grupos cooperativos.
- Talleres de aprendizaje.
- Rincones.
- Las tecnologías de la Comunicación.
- Trabajos por proyectos.