Nuestro centro dispone de un orientador/a compartido con el IESO.
En España, los orientadores y orientadoras provienen de diferente formación académica inicial: licenciados/as en pedagogía, licenciados/as en psicopedagogía o licenciados/as en psicología.
Las funciones de un orientador/a son las siguientes:
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Identificar necesidades educativas
La principal función de los orientadores en esta etapa, es identificar necesidades educativas: en el centro, aulas y en alumnos en concreto.
No hacen diagnósticos clínicos, tienen la exclusiva de detectar y “certificar” necesidades educativas en general, específicas de apoyo y especiales en particular.
Y para eso realizan la evaluación psicopedagógica, compartida con otros profesionales, pero que finalmente “firman” los orientadores/as.
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Asesoramiento psicopedagógico al profesorado
La segunda función que desempeñan es el asesoramiento psicopedagógico a los equipos directivos y profesorado. Se supone que su formación y cualificación les capacita para ello.
Asesorar psicopedagógicamente implica ofrecer criterios, pautas, fundamentos, recursos… pedagógicos y psicológicos. Esos criterios sirven para que se tomen las decisiones oportunas.
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Asesoramiento a las familias en su labor educativa
El apoyo a las familias y el asesoramiento en su labor educativa es otra función profesional de primer orden. Atender a las familias, asesorarles, proporcionales apoyo forma parte del núcleo de su profesión. La atención a las familias con hij@s con necesidades educativas especiales debe ser prioritaria por las implicaciones educativas y sobre todo emocionales que esto conlleva.
Las familias nunca deberían quejarse de que no son accesibles o de que ponen impedimentos a recibirlos y atenderlos…
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Coordinación con otros recursos
La cuarta función que tienen los orientadores es la de coordinación de recursos internos y sobre todo, externos a los centros.
Hasta ahora han venido disfrutando de cierta “libertad y autonomía de movimiento”, lo que les permite conocer recursos y contactar con ellos.
La coordinación con servicios médicos, como pediatras, unidades de salud mental infantil, neuropediatras, con los servicios sociales y con otros recursos de la comunidad forma parte de su labor.
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Formación continua
No pueden desempeñar esas funciones si no realizan un esfuerzo de formación continua. Los orientadores y orientadoras están obligados a seguir estudiando, a estar al día de cuestiones psicopedagógicas, de formarse con la fórmula que cada uno considere más adecuada, pero no perder el tren del conocimiento. Hay ciertas cuestiones de las que no pueden “saber de oídas”.
CONCLUSIÓN
Recopilando, los profesionales de la orientación en Infantil y Primaria tienen cinco líneas de acción o funciones que son:
- Identificar necesidades educativas
- Asesoramiento psicopedagógico al profesorado
- Asesoramiento a las familias en su labor educativa
- Coordinación con otros recursos
- Formación continua